Mi experiencia en la gira educativa
Durante dos días extremadamente cansados llenos de aventuras con mis compañeros, que consistieron en no poder dormir, aprender del desarrollo de las ostras y cultivo de las mismas y obtener una maravillosa enseñanza acerca por parte del mariposario sin mariposas, he de concluir que nada es absoluto y combinando las cosas buenas y malas se creó una unidad casi perfecta, que lo que más dejó fueron experiencias que colaboraron a no volver a hacer lo mismo en la siguiente gira.
Experiencias en General
Fue posible conocer de una manera más profunda a la mayoría de los compañeros, aunque así como se puede llegar al amor de un paso, sucede de la misma manera con el odio. Y eso fue de lo más notable de la noche estrellada en la que yo pensaba que iba a lograr dormir, pero al mantenerme despierta por falta de humanismo pude apreciar las estrellas que nunca se logran ver en el valle central.
La mayoría del tiempo, según algunos, la pasamos en el autobús de camino a un mariposario sin mariposas fundado por mujeres emprendedoras que dieron el paso al éxito hacía 18 años. A mi parecer fue una hermosa metáfora de esperanza y de no rendirse a pesar de los inconvenientes. En éste caso se presentaba con la ausencia de lluvia en cuanto a la reproducción de las mariposas. Pero a pesar de todo éstas mujeres seguían en éste lugar remoto, luchando por un ambiente mejor para su comunidad.
El profesor de educación física se convirtió en nuestro héroe tras rescatar nuestro viaje aplanador de nalgas por dos horas, levantando un poste que se atravesó en el camino.
La playa a la que asistimos (Puerto de Pájaros) carecía de limpieza, más que todo por parte del pueblo que habitaba en el lugar, ésto generó consciencia en mi persona, ya que nos enseñan de ecología, pero al llegar a una playa contaminada se denotó la poca disposición por parte de algunos, pero es justificable, ya que no íbamos a eso.
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